EQUILIBRIO INTELECTUAL DE LA DOCTRINA TOMISTA



La doctrina de Sto. Tomás ha asentado una serie de verdades perfectamente estables. Lo que, a mi parecer, proporciona mayor estabilidad a dichas verdades, es el sabio equilibrio logrado entre dos extremos opuestos. Los errores de otras filosofías han consistido precisamente en la exageración de algún punto de vista, sin tomar en cuenta suficientemente el elemento opuesto. Así pues, de un modo dialéctico, superando las antinomias de los contrarios, he aquí la síntesis que ofrece el sistema tomista:

a) Razón y fe: toda la filosofía de Sto. Tomás está basada en la razón. El argumento de fe es propio de la Teología. Pero esto no quita que haya una armonía entre las dos fuentes y niveles de verdad. La verdad es una, y no puede contradecirse. El lema en este punto es: “El intelecto busca la fe, y la fe busca el intelecto”. Es decir: el entendimiento sano busca la complementación en la fe, y ésta busca ser comprendida por el intelecto.

b) Sistema abierto: La filosofía tomista es ordenada, coherente, abarca gradualmente todos los aspectos del ser. Es un sistema, una construcción lógica y racional; pero de tal manera, que no se cierra a las aportaciones de los pensadores modernos.
Siempre es posible aceptar los avances positivos de la investigación filosófica, sin tener que rechazar el cuerpo central del tomismo.

c) Esencia y existencia: Mientras que las filosofías racionalistas subrayan demasiado la importancia de la esencia (Platón, Wolff, Husserl), en cambio, el existencialismo actual rechaza lo anterior, y exagera por el lado de la existencia concrecta y humana. En Sto. Tomás, el ente, definido como una esencia en relación a su existencia, define, desde el principio, un equilibrio que se ha de prolongar a lo largo de toda su Ontología.

d) Lo estático y lo dinámico: Ni el evolucionismo de Heráclito, o de Bergson, ni el estatismo de Parménides, o de Spinoza. La teoría del acto y la potencia proporciona un instrumento intelectual que permite la explicación del devenir, al mismo tiempo que la de las esencias estables.

e) Inmanencia y trascendencia de Dios: En este asunto se ha exagerado a favor de la trascendencia (Aristóteles, Plotino, Jaspers), o por el lado de la inmanencia (Spinoza, Hegel). La teoría de la analogía es el medio adecuado entre los dos extremos.

f) Cuerpo y alma: El tomismo evita la exageración del materialismo, que todo lo quiere reducir a materia (Marx), y la exageración del espiritualismo, que sólo admite lo espiritual como verdadero ser (Platón, Leibniz).

g) Conocimiento sensible e intelectual: En cuanto a la validez de los dos tipos de facultades, también se coloca en una postura equilibrada, que acepta los datos de ambas. Evita la oposición exagerada, de los antiguos (Parménides y Heráclito) y de los modernos (los ingleses Locke y Hume, en contra de Spinoza y Leibniz).

h) Persona y sociedad: Por último, el equilibrio de Sto. Tomás se manifiesta cuando acentúa en su justo valor a la persona, como un todo que no se ha de disolver y enajenar ante el Estado, pues tiene derechos anteriores a los de dicha sociedad, al mismo tiempo que incorpora a la persona al Estado, de tal manera que la ley y la autoridad están hechas en función del bien común.

*Extracto de apartado de Santo Tomás de Aquino en Historia de las doctrinas filosóficas, Raúl Gutiérrez Sáenz, pág 87 - 88.

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